Son muchas las personas que con el verano encima buscan desesperados algún atajo para tener ese cuerpo diez para abrir la temporada de baño con un cuerpo espectacular. Pero lo cierto es que ni los «beneficios» de la electroestimulación, ni las preparaciones con esteroides supervisadas, ni las dietas extremas ni los mejores suplementos harán nada, si no entrenas duro y eres constante en el tiempo para forjar tus músculos y lograr cualquier cosa que te propongas.

Lo mejor es comprarte ropa deportiva (ejemplos de tiendas de con ropa de deporte a muy buen precio) y apuntarte alguna actividad. Ya sea CrossFit, correr o escalada. Pero, sin duda lo más importante, y el denominador común de todo éxito es la constancia. La creación del hábito.

Como dijo Pitágoras “Con orden y tiempo se encuentra el secreto de hacerlo todo, y de hacerlo bien”. Hoy hablaremos del hábito. La primera piedra del entrenamiento y de la cualquier tarea, la característica fundamental de quién quiera lograr algo en la vida.

Pero para que algo nazca hace falta una muerte. Vencer (y matar) a la pereza y dejar hueco a la superación.

Vencer la pereza

Si no amas el ejercicio físico, si no eres de lo que está pensando en cuánto queda para ir a entrenar al Box, o a tu gimnasio. No te preocupes, no todos se sienten fuertemente recompensados tras el entreno o disfrutan tanto con la práctica de deporte. Pero si estás leyendo esto, es que realmente te encantaría ser un poco menos vago, y dejar que te coma la pereza.

Identifica a tu demonio

En la edad media, nombraron a muchos demonios como los causantes de las debilidades del hombre. Había de todo tipo de demonios. Tu misión es localizar al tuyo, y descubrir como sabotea tus objetivos. Hay muchos disfraces para estos demonios, a lo mejor el tuyo es…

¿El Tiempo? Nadie dice que estés dos horas, empieza con treinta minutos. Tampoco que vayas todos los días, empieza con tan solo dos días a la semana. ¿Los niños? Organízate con tu pareja, o contrata a una niñera, o pregunta en tu BOX o gimnasio si pueden ir o hacer otra actividad mientras tú entrenas. En resumen, analiza tu problema y busca la solución. Seguro que la hay, eran tus excusas y tus mierdas las que te hacían creer que no.

Belfegor, el demonio que induce a los hombres al conformismo y a la parálisis de todo crecimiento personal. Hacedor de la pereza y rey de los vagos.

Recompensate cada vez que lo venzas

Busca la recompensa tras ir al gimnasio. Puede ser ver la serie que te guste, ahora que todos estamos medio engachado a ellas. Podrías por ejemplo autoimponerte que cada vez que vaya al gimnasio verás otro capítulo de The Walking Dead, por ejemplo. O pon dos euros en una hucha cada día que vayas, y al final de año seguro que hay un dinero curioso para un capricho. O si eres muy activo a las redes sociales, publica una foto después de terminar tu sesión de entrenamiento, así también al compartirlo crearás una ‘obligación’ o una exigencia por parte de tu audiencia.

Cree en ti

La autoconfianza es clave. Si piensas que tus demonios son más grandes que tú, es inútil. No sirve de nada. Lo harás dos días y volverás a lo mismo que siempre, a procrastinar y dejarlo todo para otro momento, día o año. Tienes que visualizar que ganarás que cumplirás esos objetivos.

El hábito como arma

Ahora entra otro ingrediente en la fórmula. Se trata de la motivación. La motivación crecerá a medida que más veces salgas de tu zona de confort y de la procrastinación. Verás que es posible ganar y conseguir tu objetivo.

Pero ¿cómo mantener la motivación viva, y que no fluctué y termine cayendo?

SE REALISTA, por eso antes he comentado que no hace falta empezar yendo al gimnasio todos los días. Romper un hábito y suplirlo por otro debe ser gradual y acorde con nuestra capacidad en ese momento. Luego podrás ir exigiéndote más conforme vayas ganando autoestima y motivación.

Coloca balizas

Es fácil descarrilar en nuestro propósito. Así que crea alarmas. Por ejemplo, si has decidido y planificado ir martes y jueves al BOX. Ponlo en tu calendario como algo inamovible, descárgate algún programa de radio preparado para escucharlo en la bici o de camino al BOX. Crea una actividad en torno a ese objetivo.

Se tú mismo quien dirija que esos días sean sagrados y difíciles de saltar, di a todos tus amigos o familiares que esos días y esa hora no estas para nadie.

Exígete un poco más cada vez

Una vez pasado un tiempo, deberás exigirte algo más. Más tiempo, más días, más duro el entrenamiento. Esto es solo la primera piedra para construir una ‘costumbre’.  Haz que ir al gimnasio y entrenar sea una costumbre en tu vida, y estarás cerca de tener ese cuerpo diez. Aunque una vez esto, deberás ser eficiente en tu entrenamiento, un artículo muy interesante que dejaré en otro momento.

6 comentarios sobre “Crear el hábito. La primera piedra del entrenamiento efectivo.”

  1. Muy cierto lo que escribes. Yo tengo un truco para ir creando el hábito poco a poco y es ponerme como meta la cantidad mínima de tiempo que puedo hacer algo sin dejarlo.
    Por ejemplo, si puedo salir a correr 3 días a la semana y no lo dejo entonces la semana siguiente puedo seguir haciéndolo.
    Es mejor fijarse limites cortos para sentir que has cumplido en lugar de «salir a correr ya toda tu vida»

    1. Genial Juan. ¿Y te das alguna recompensa por hacerlo bien esa semana? Haces algún tipo de refuerzo positivo o ya el hecho de terminar de correr y volver a casa exhausto es la recompensa en sí misma. Gracias por comentar.

      1. Realmente no me doy ninguna recompensa salvo comerme una pizza los viernes sin sentirme mal jajajaja.

        En realidad es bastante reconfortante saber que empiezas algo y sin dejarlo vas aumentando poco a poco

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